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Ediciones del Exarcado Mexicano

EL LIBRO DE LOS OCHO TONOS
(Ediciones del Exarcado Mexicano)

 TONO I


SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES.

Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios: 7 de los Ocho Tonos (es decir, 3 de la Resurrección y 4 anatolianas) y 3 del Menaio.

Los estiquios de la Resurrección, tono I:

Oh Señor Santo, recibe nuestras oraciones vespertinas, y concédenos perdón de nuestros pecados, porque tú solo has revelado la Resurrección al mundo.

Circunvalad a Sión, oh pueblos, y rodeadla, y glorificad al que en medio de ella se levantó de entre los muertos, porque Él es nuestro Dios, que nos ha librado de nuestras transgresiones.

Venid, oh pueblos, y cantemos a Cristo, y postrémonos ante Él, glorificando su Resurrección de entre los muertos, porque Él es nuestro Dios, que al mundo libró del engaño del enemigo.

Los estiquios anatolianos, tono I

Regocijaos, oh cielos, tocad trompetas, cimientos de la tierra, dad estruendos de alegría, montes, porque he aquí que Emmanuel ha clavado en la Cruz nuestros pecados, y el Dador de Vida ha dado muerte a la muerte, levantando a Adán, como Amante de los hombres.

Al que en la carne, por nuestra causa y de su propia voluntad fue crucificado, sufrió, fue sepultado, y resucitó de entre los muertos, cantémosle diciendo: confirma en la ortodoxia a tu Iglesia, oh Cristo, y da paz a nuestra vida, porque eres bueno y amas a los hombres.

Estando ante tu vivificadora tumba, nosotros, aunque indignos, ofrecemos glorificación a tu inefable ternura, Cristo Dios nuestro, porque aceptaste la Cruz y la muerte, oh Impecable, para conceder la resurrección al mundo, oh Amante de los hombres.

Cantemos al Verbo sin principio y coeterno con el Padre, que brotó inefablemente del vientre virginal, que de su propia voluntad y por causa nuestra aceptó la Cruz y la muerte, y se levantó en gloria diciendo: ¡Gloria a ti, Señor, Dador de vida, Salvador de nuestras almas.

Luego tres estiquios del Menaio.

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Theotoquio (Dogmático):

Cantemos a María, Virgen, que brotó de la raza de los hombres y dio a luz al Maestro de todo, gloria del mundo entero, puerta del cielo, canto de los incorpóreos y adorno de los fieles, porque ella se reveló como cielo y templo de la divinidad y destruyó las fortalezas de la enemistad, e introdujo la paz y abrió el Reino. Por tanto, teniendo en ella la confirmación de la fe, tenemos Defensor, aun al Señor nacido de ella. Sé audaz, pueblo de Dios, sé audaz, porque Él conquistará a los enemigos, siendo Todopoderoso.

La Entrada y ... Jocunda Luz...

El proquímeno del día, El Señor se ha hecho Rey... y después de las letanías el Apóstica:

Apóstica de la Resurrección, tono I.

Por tu Pasión, oh Cristo, hemos sido librados de pasión, y por tu Resurrección hemos sido librados de corrupción; Señor, gloria a ti. Verso: El Señor se ha hecho Rey, de hermosura se ha vestido..

Regocíjese la creación, alégrense los cielos, aplaudan con gozo las naciones, porque Cristo nuestro Salvador ha clavado nuestros pecados a la Cruz, y dando muerte a la muerte y levantando a Adán, progenitor de la humanidad, nos ha concedido vida, porque ama a los hombres. Verso: Porque Él ha establecido el universo, que no será movido.

Rey de los cielos y de la tierra, tú que eres inescrutable, de tu propia voluntad fuiste crucificado por amor a los hombres; y habiéndose enfrentado contigo el infierno fue contrariado, y las almas de los justos se alegraron al recibirte, y Adán al verte a ti, Creador, debajo de la tierra se levantó. ¡Qué maravilla que la Vida de todos ha probado la muerte! Mas tú quisiste alumbrar al mundo, que clama a ti diciendo: Tú que entre los muertos resucitaste, Señor ¡Gloria a ti! Verso: La santidad conviene a tu casa, Señor, por largos días.

Las portadoras de mirra, llevando mirra, se apresuraron a tu tumba lamentando, y no hallando tu purísimo cuerpo, y aprehendiendo del ángel de la nueva y gloriosísima maravilla, dijeron a los apóstoles: Ha resucitado el Señor que al mundo concede la gran misericordia.

Gloria...del Menaio, si hay, pero si no:

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

He aquí que se ha cumplido la profecía de Isaías, porque siendo Virgen tú engendraste y permaneciste después del alumbramiento como eras antes, porque el que nació de ti era Dios, y así fue renovada la naturaleza. Por lo tanto, oh Madre de Dios, no desprecies las súplicas de tus siervos ofrecidas en tu templo, pero puesto que has llevado en tus brazos al Compasivo, ten compasión de tus siervos e intercede que salve nuestras almas.
Luego: Ahora, Señor, dejas en paz a tu siervo... el Trisagio, y después del Padre nuestro... el tropario, tono I:

Tropario de la Resurrección (Apolitiquio), tono I.

Cuando la piedra había sido sellada por los judíos y los soldados vigilaban tu purísimo cuerpo, te levantaste al tercer día, oh Salvador, dando vida al mundo. Por eso las potestades de los cielos clamaron a ti, oh Dador de Vida: ¡Gloria a tu Resurrección, oh Cristo! ¡Gloria a tu reino, gloria a tu dispensación, oh tú que solo amas a los hombres!

Gloria al Padre... ahora y siempre...

El Theotoquio:

Al anunciarte Gabriel, oh virgen, ¡Salve! con esa exclamación se encarnó de ti el Señor de todo, oh arca sagrada, como lo dijo el justo David; fuiste hecha más extensa que los cielos llevando a tu Creador. Gloria al que en ti habitó, gloria al que de ti brotó, gloria al que por tu alumbramiento nos ha libertado.

Si hay Vigilia, en vez del tropario y el theotoquio se canta tres veces, Salve, oh Theotokos Virgen...

Luego:

Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre (tres veces)

Y el sacerdote da la bendición.


DOMINGO, EN LA LITURGIA.

En la Liturgia, cuando se cantan los salmos típicos, estos estiquios con La Bienaventuranzas, tono I:

Por la acción de comer, el enemigo desvió a Adán del paraíso, y por la Cruz Cristo introdujo en él al malhechor que clamaba: ¡Acuérdate de mí, cuando vengas en tu Reino!

Adoro tu Pasión, glorifico también la Resurrección; con Adán y el malhechor, con melodía alegre clamo a ti: ¡Acuérdate de mí, Señor, cuando vengas en tu reino.

Fuiste crucificado, oh Impecable, y fuiste voluntariamente puesto en una tumba, mas has resucitado siendo Dios, levantando contigo a Adán, que clama: ¡Acuérdate de mí, cuando vengas en tu Reino!

El templo del cuerpo levantaste por tu sepultura de tres días, juntamente con Adán has levantado, oh Cristo Dios, a los descendientes de Adán que claman: ¡Acuérdate de nosotros cuando vengas en tu reino!

Las portadoras de mirra llegaron temprano, lamentando, a tu tumba, oh Cristo Dios, y hallaron al ángel sentado vestido de blanco, el cual exclamó ¿Qué buscáis? Cristo ha resucitado; en adelante no lloréis.

Tus apóstoles, oh Señor, habiendo llegado al monte adonde tú les habías ordenado, y habiéndote visto a ti, Salvador, te adoraron. A éstos los has mandado a las naciones a doctrinarlas y a bautizarlas.

Gloria... A la trinidad:

Adoremos todos juntos al Padre, glorifiquemos al Hijo, y cantemos al Santísimo Espíritu, clamando y diciendo: Santísima Trinidad, sálvanos a todos.

Ahora... y...

Tu pueblo, oh Cristo, trae ante a ti a tu madre como intercesora; por sus preces concédenos, tú que eres bueno, tus compasiones para que te glorifiquemos a ti, que brillaste sobre nosotros desde la tumba.

El contaquio, tono I.

como Dios, te has levantado de la tumba y has revivificado al mundo; la naturaleza humana, por eso, te canta a ti, que eres Dios, y la muerte está vencida. Adán regocija, oh Maestro, y Eva, ahora libertada de sus vínculos, se alegra y exclama: Tú, oh Cristo, eres el que a todos da resurrección.

Proquímeno, tono I.

Que tu misericordia, Señor, sea sobre nosotros, como hemos puesto nuestra esperanza en ti. Verso: Regocijáos en el Señor, oh justos, porque es propia de los justos la alabanza.


Aleluya, tono I.


Es Dios quien me da venganza, y me sujeta los pueblos. Verso: Engrandece la salvación de los reyes y hace misericordia a su Cristo, a David y a su simiente para siempre jamás.


TONO II

SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES

Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, tres de la Resurrección y 4 anatolianas) y 3 del Menaio.


Los estiquios de la Resurrección, tono 2:

Venid, adoremos al que del Padre nació antes de todos los siglos, al Verbo de Dios, encarnado de la Virgen María. Porque habiendo sufrido la Cruz de su propia voluntad fue enterrado. También se levantó de entre los muertos, y me salvó a mí, que estaba perdido.

Cristo nuestro Salvador clavó a la Cruz la escritura del decreto contra nosotros y lo borró, y el poder de la muerte abolió. Adoremos pues su Resurrección al tercer día.

Cantemos con los arcángeles la Resurrección de Cristo. Él es el Redentor y Salvador de nuestras almas. Y otra vez ha de venir con temible gloria y fuerte potestad a juzgar al mundo que Él creó.

Los estiquios anatolianos, tono 2:

Oh tú que fuiste crucificado y sepultado, el ángel te proclamó a ti Maestro y dijo a las mujeres, Venid y ved donde fue puesto el Señor. Ha resucitado, como había dicho, porque El es todopoderoso. Te adoramos a ti, el único inmortal, Cristo, Dador de Vida, ten piedad de nosotros.

Por tu Cruz aboliste la maldición del árbol; por tu sepultura diste muerte al poder de la muerte; y por tu Resurrección iluminaste la raza de los hombres. Te aclamamos, por tanto, Cristo Dios nuestro, Benefactor, gloria a ti.

Las puertas de la muerte se te abrieron con temor, oh Señor, y al verte los porteros del infierno temblaron. Rompiste sus puertas de bronce y hollaste sus rejas de hierro; nos sacaste de la sombra y tinieblas de muerte y soltaste nuestros vínculos.

Cantemos un canto de salvación con nuestra boca. Venid todos, postrémonos en la casa del Señor, diciendo, oh tú que fuiste crucificado en el árbol y que de entre los muertos te levantaste, y que permaneces en el seno del Padre, límpianos de nuestros pecados.

Luego tres estiquios del Menaio.

Gloria... ahora... y theotoquio (dogmático):

La sombra de la ley ha sido anulada por la venida de la gracia, y como ardía la zarza sin consumirse, así, oh Virgen, diste a luz y Virgen permaneciste. Y en lugar de la columna de fuego, brilló el Sol de Justicia, y en lugar de Moisés, Cristo, Salvación de nuestras almas.

La Entrada y Jocunda Luz.

El proquímeno del día, El Señor se ha hecho Rey... y después de las letanías, el Apóstica.


Apóstica de la Resurrección, tono 2:

Tu Resurrección, Cristo Salvador, ha iluminado al mundo entero y tú has llamado a tu criatura, oh Señor poderoso, gloria a ti. Verso: El Señor se ha hecho Rey, de hermosura se ha vestido.

Por el árbol, Salvador, has anulado la maldición del árbol; y por tu sepultura has dado muerte al poder de la muerte; has iluminado a nuestro género por tu Resurrección. Por tanto, te aclamamos, Cristo, Dador de Vida, Dios nuestro, gloria a ti. Verso: Porque Él ha establecido el universo, que no será movido.

Tú, oh Cristo, apareciste clavado en la Cruz, e invertiste la hermosura de la creación. Y en crueldad los soldados traspasaron tu costado con una lanza. Y los hebreos, no creyendo en tu autoridad rogaron que se sellara tu tumba. Mas tú, por la compasión de tus misericordias te sometiste a la sepultura, y te levantaste al tercer día, oh Señor, gloria a ti. Verso: La santidad conviene a tu casa, Señor, por largos días.

Oh Cristo, Dador de Vida, sufriste la Pasión voluntariamente por los mortales. Descendiste al infierno con fuerte poder y arrebataste de la mano del monstruo a los que te esperaban allí, dándoles una morada en el paraíso a cambio del infierno. Por tanto concédenos a los que glorificamos tu Resurrección al tercer día purificación de nuestros pecados y tu gran misericordia.

Gloria. del Menaio, si hay, pero si no:

Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh milagro nuevo mayor que todos los milagros antiguos, pues ¿quién ha sabido de una madre que haya dado a luz sin varón y que haya llevado en sus brazos al que sostiene la creación entera? Fue la voluntad de Dios nacer. Tú, oh Purísima, lo has llevado en tus brazos como niño y con Él posees privilegio materno. No ceses, pues, de rogarle por los que te honramos que tenga compasión de nosotros y que salve nuestras almas.

Luego: Ahora, Señor, dejas en paz a tu siervo… el Trisagio, y después del Padre Nuestro. el tropario, tono 2:

Tropario de la Resurrección (Apolytiquio), tono 2:

Cuando descendiste a la muerte, oh Vida Inmortal, diste muerte al infierno con la brillantez de tu deidad. Y cuando de las entrañas de la tierra levantaste a los muertos, todas las potestades celestiales exclamaron: oh Dador de Vida, Cristo nuestro Dios, gloria a ti.

Gloria al Padre... ahora y siempre...

El Theotoquio:

Sobremanera gloriosos trascendiendo todo entendimiento son todos tus misterios, oh Theotokos, porque siendo sellada en pureza y preservada en virginidad fuiste reconocida en verdad como la Madre que diste a luz al Dios verdadero. Por tanto ruégale que salve nuestras almas.

Si hay vigilia, en vez del tropario y el theotoquio, se canta tres veces, Salve, oh Theotokos, Virgen...

Luego: Bendito sea el nombre del Señor, desde ahora y para siempre. Tres veces.

Y el sacerdote da la bendición.


DOMINGO, EN LA LITURGIA

En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las Bienaventuranzas, tono 2.

La voz del ladrón te ofrecemos y clamamos a ti: acuérdate, Salvador, de nosotros en tu Reino.

Te ofrecemos la Cruz por el perdón de nuestras ofensas. Por nosotros tu la recibiste, oh Amante de los hombres.

Veneramos, oh Maestro, tu sepultura y tu Resurrección, por las que has librado al mundo de la corrupción, oh Amante de los hombres.

Por tu muerte, Señor, ha sido devorada la muerte, y por tu Resurrección, Salvador, el mundo ha sido salvado.

Los que dormían en las tinieblas te han visto, a ti que eres la Luz, y se levantaron del abismo del infierno, oh Cristo.

Cuando te levantaste de la tumba, las mujeres portadoras de mirra te encontraron y tú mandaste a tus discípulos que proclamaran tu Resurrección.

Gloria. a la Trinidad:

Glorifiquemos al Padre, adoremos al Hijo, y fielmente cantemos al Espíritu Santo.

Ahora y...

Salve, oh Trono de figura ardiente; Salve, oh Esposa sin desposar; Salve, oh Virgen que diste a luz a Dios por causa de los hombres.

El contaquio, tono 2:

Haste levantado de la tumba, Salvador Todopoderoso, y el infierno, viendo esta maravilla, se amedrentó y los muertos resucitaron. La creación también se regocija contigo, y se alegra Adán. El mundo, Salvador mío, te canta para siempre.

Proquímeno, tono 2:

El Señor es mi fortaleza y mi cantar, y se ha hecho mi salvación. Verso: El Señor me ha castigado sobremanera, mas no me ha entregado a la muerte.

Aleluya, tono 2:

Que el Señor te escuche en el día de tribulación; que te escude el nombre del Dios de Jacobo. Verso: Oh Señor, salva al rey, y escúchanos en el día en que te clamemos.


TONO III

SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES

Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, 3 de la Resurreccion y 4 anatolianos).

Los estiquios de la Resurrección, tono 3:

Por tu Cruz, oh Cristo Salvador, el dominio de la muerte ha sido destrozado y el engaño del Diablo ha sido anulado, y la raza de los hombres, salvada por la fe, himnos te ofrece sin cesar.

Ha sido iluminado todo por tu Resurrección, Señor, y de nuevo está abierto el paraíso, y toda la creación, exaltándote, himnos te ofrece sin cesar.

Glorifico del Padre y del Hijo el poder, y canto del Espíritu Santo la autoridad, Deidad invisible, increada, Trinidad consubstancial, para siempre reinando.

Los estiquios anatolianos, tono 3:

Tu preciosa Cruz adoramos, oh Cristo, y cantamos y glorificamos tu Resurrección, porque por tus heridas fuimos todos sanados.

Cantamos al Salvador encarnado de la Virgen, porque por nosotros fue crucificado y al tercer día resucitó concediéndonos la gran misericordia.

A los que estaban en el infierno descendió Cristo y les anunció diciendo: animáos, ahora he vencido, soy la Resurrección y los levantaré, porque he destrozado las puertas de la muerte.

Estando indignos en tu inmaculada Casa, un himno vespertino te ofrecemos, clamando de lo profundo, Cristo Dios, Tú que iluminas al mundo por tu Resurrección al tercer día, libra a tu pueblo de las manos de tus enemigos, oh Amante de los hombres.

Luego tres estiquios del Menaio:

Gloria... ahora... y theotoquio (dogmático):

Oh Augustísima ¿cómo no nos maravillaremos a tu alumbramiento del Dios-hombre? Porque sin conocer varón, oh Purísima, en la carne diste a luz sin padre al Hijo, que fue engendrado del Padre antes de todos los siglos sin madre, y que no sufrió cambio alguno, ni confusión ni división, mas conservó plenamente lo propio de cada substancia. Por tanto, Virgen Madre, Señora, ruégale a Él que salve a los ortodoxos que a ti, como Theotokos, te confesamos.

La Entrada y Jocunda Luz...

El proquímeno del día, El Señor se ha hecho Rey... y después de las letanías, el Apóstica:

Apóstica de la Resurrección, tono 3:

Por tu Pasión, oh Cristo, oscureciste el sol, y por la Luz de tu Resurrección todo lo has iluminado. Acepta nuestro himno vespertino, Amante de los hombres. Verso: El Señor se ha hecho Rey, de hermosura se ha vestido.

Tu vivificante Resurrección, oh Señor, ha iluminado a todo el mundo, y ha reclamado tu creación, que había sido corrompida. Por tanto, librados de la maldición de Adán, te aclamamos, Señor Todopoderoso: ¡Gloria a ti! Verso: Porque Él ha establecido el universo, que no será movido.

Siendo Dios inmutable, sufriendo en la carne te cambiaste, y la creación, no pudiendo contemplarte suspendido, se agobió por temor, y lamentando te canta por tu paciencia. Descendiendo al infierno, tú has resucitado al tercer día, dando al mundo vida y gran misericordia. Verso: La santidad conviene a tu Casa, Señor, por largos días.

Para librar nuestra raza de la muerte, oh Cristo, sufriste la muerte, y al tercer día, resucitando de entre los muertos, has levantado contigo a los que te conocen como Dios, y has iluminado al mundo. Señor, gloria a ti.

Gloria... del Menaio, si hay, pero si no:

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Sin simiente, del Espíritu Divino, por la voluntad del Padre, has concebido al Hijo de Dios, que sin madre era del Padre antes de todos los siglos, que por causa nuestra de ti nació en la carne sin padre, y le has amamantado como criatura. Por eso, en ceses de interceder que Él libre de peligros nuestras almas.

Luego: Ahora, Señor, dejas en paz a tu siervo..., el Trisagio, y después del Padre Nuestro. el tropario, tono 3:

Regocíjense los celestiales, y alégrense los terrestres, porque el Señor ha hecho valentía con su brazo y ha hollado la muerte por la muerte. Se ha hecho el Primogénito de los muertos. Nos ha salvado de las entrañas del infierno, concediendo al mundo la gran misericordia.

Gloria al Padre... ahora y siempre...

El Theotoquio:

Cantámoste a ti, que eres Mediadora por la salvación de nuestra raza, Virgen Theotokos, porque en la carne que de ti tomó, tu Hijo y Dios nuestro, después de aceptar la Pasión de la Cruz, nos redimió de la corrupción, porque El es amante de los hombres.

Si hay Vigilia, en vez del tropario y el theotoquio, se canta tres veces, Salve, oh Theotokos Virgen...

Luego: Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre. Tres veces.

Y el sacerdote da la bendición.


DOMINGO, EN LA LITURGIA

En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las Bienaventuranzas, tono 3:

Oh Cristo, has expulsado a Adán, progenitor, del paraíso, porque él había transgredido tu mandamiento. Y por tu compasión has hecho vivir allí al ladrón que en la Cruz te confesó clamando: Acuérdate de mí, Salvador en tu Reino.

Dador de vida y Señor, a los que habíamos pecado nos condenaste a la maldición de la muerte. Y sufriendo en tu impecable cuerpo, has hecho vivir a los mortales que claman: acuérdate de nosotros también en tu Reino.

Señor, resucitado de entre los muertos, nos has resucitado de la pasión por tu Resurrección. Y destruiste toda la fuerza de la muerte. Por tanto, con fe clamamos a ti: acuérdate de nosotros también en tu Reino.

Por tu sepultura de tres días, tú has levantado a los que estaban muertos en el infierno, dándoles vida. Y siendo bueno has derramado incorruptibilidad sobre todos los que siempre con fe clamamos a ti: acuérdate de nosotros también en tu Reino.

Habiéndote levantado de la tumba apareciste primero a las mujeres portadoras de mirra y exclamaste: Salve; por ellas hiciste saber a tus amigos de tu Resurrección, oh Cristo: acuérdate de nosotros también en tu Reino.

En el monte, Moisés, con los brazos extendidos, prefiguró la Cruz y derrotó a Amalek; y habiéndola recibido con fe como poderosa arma contra los demonios, todos clamamos a ti: acuérdate también de mi en tu Reino.

Gloria... a la Trinidad:

Cantemos, oh fieles, con fe, las alabanzas del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo, porque la Trinidad es una triple Luz, como de un solo sol, iluminando a todos lo que clamamos: acuérdate también de mí en tu Reino.

Ahora y...

Salve, Puerta de Dios, por quien pasó el Hacedor encarnado, preservándote sellada. Salve, Nube iluminada, que llevaba a Cristo, la Divina Lluvia. Salve, Escalera y Trono Celestial. Salve, Monte de Dios manado leche mas quedando intacta.


El contaquio, tono 3:

Este día tú, oh Compasivo, te has levantado de la tumba y nos has conducido fuera de las puertas de la muerte. Este día Adán exulta y Eva se regocija; con ellos los profetas y patriarcas alaban sin cesar el divino poder de tu autoridad.

Proquímeno, tono 3:

Cantad salmos, cantad salmos a nuestro Dios; cantad salmos, cantad salmos a nuestro Rey. Verso: Aplaudid todos juntos, pueblos todos; clamad a Dios con voz de júbilo.

Aleluya, tono 3:

En ti, Señor, he confiado; no permitas que sea yo confundido. Verso: Se tú para mí un Dios protector y una Casa de refugio para salvarme.


TONO IV

SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES

Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir 3 de la Resurrección y 4 anatolianos) y tres del Menaio.

Los estiquios de la Resurrección, tono 4:

Adoramos sin cesar tu vivificante Cruz, Cristo Dios, y glorificamos tu Resurrección al tercer día, porque por ella, oh Todopoderoso, has renovado la naturaleza corrompida de los hombres. Y de nuevo has abierto para nosotros el camino del paraíso, porque solo tú eres bueno y amas a los hombres.

Clavado voluntariamente al madero de la Cruz, tú has abolido el castigo de desobediencia cometida por medio del árbol, y habiendo descendido al infierno, siendo Todopoderoso, has roto los vínculos mortales. Por tanto, adoramos tu Resurrección de entre los muertos, y regocijando clamamos: gloria a ti, Señor Todopoderoso.

Has roto las puertas del infierno, Señor, y por tu muerte has puesto fin al dominio de la muerte, y has libertado a los hombres concediendo al mundo la incorruptibilidad, la Vida, y grande misericordia.

Los estiquios anatolianos, tono 4:

Venid, pueblos todos, cantemos la Resurrección al tercer día del Salvador, porque por ella hemos sido librados de los vínculos inquebrantables del infierno, y habiendo recibido la incorruptibilidad y la Vida, clamemos todos: Sálvanos por tu Resurrección, tú que fuiste crucificado, sepultado y resucitado, porque solo tú amas a los hombres.

Los ángeles y los hombres cantan tu Resurrección al tercer día, oh Salvador, pues has iluminado los confines de la tierra, y todos, librados de la esclavitud del Enemigo, exclamamos: Salvador Todopoderoso, Creador de la Vida, sálvanos por tu Resurrección, porque solo tú amas a los hombres.

Has roto las puertas de bronce; has quebrantado las cadenas, y has levantado al hombre caído, Cristo Dios nuestro. Por tanto, aclamamos unánimes, Señor resucitado de entre los muertos: ¡gloria a ti!

Tu nacimiento del Padre es eterno y sin tiempo, Señor; tu encarnación es inexplicable y sobrepuja al entendimiento del hombre, y tu descenso al infierno dio miedo al diablo y a sus ángeles. Porque al tercer día tu resucitaste hollando a la muerte, y dando a los hombres la incorruptibilidad y grande misericordia.

Luego tres estiquios del Menaio.
Gloria… ahora y …. Theotoquio (dogmático):

David, el profeta, hecho antepasado de Dios, por medio de ti, cantó antiguamente en salmos las grandes cosas hechas por ti: a tu diestra estaba la Reina. Porque Dios que sin padre quiso hacerse hombre por ti, te ha hecho Madre de la Vida y Mediadora, para renovar su imagen corrompida por las pasiones y encontrando la oveja perdida entre los montes, llevarla en sus hombros y darla al Padre, y que Cristo, de grande y rica misericordia, quisiera agregarla a las huestes angelicales y salvara al mundo, oh Theotokos.

La Entrada y Jocunda Luz…

El proquímeno del día, El Señor se ha hecho Rey… y después de las letanías, el Apóstica:

Apóstica de la Resurrección, tono 4

Ascendiendo a la Cruz, Señor, has abolido la maldición ancestral, y descendiendo al infierno y libertando a los que estaban vinculados desde la eternidad, has dado a los hombres la incorrupción y la vida. Cantamos y glorificamos, por tanto, tu redentora Resurrección al tercer día. Verso: El Señor se ha hecho Rey, de hermosura se ha vestido.

Colgado del árbol, tú que solo eres poderoso, has sacudido la creación entera; sepultado has levantado a los que estaban allí, y has concedido la vida e incorrupción a los hombres. Cantamos y glorificamos, por tanto, tu redentora Resurrección al tercer día. Verso: Porque Él ha establecido el universo que no será movido.

El pueblo transgresor que te entregó, oh Cristo, a Pilatos, te condenó a la crucifixión mostrando ingratitud a su Benefactor. Mas tú quisiste sufrir sepultura, y de tu propia voluntad resucitaste, siendo Dios, al tercer día, y nos diste vida sin fin y tu grande misericordia. Verso: La santidad conviene a tu casa, Señor, por largos días.

Las mujeres que te buscaban llegaron llorando a tu tumba, y no encontrándote lamentaron e implorando dijeron: oh Salvador nuestro y Señor de todos ¿cómo fuiste hurtado? Y ¿qué lugar contiene tu vivificante cuerpo? Un ángel les apareció y contestó: no lloréis, mas id y proclamad las buenas nuevas de que el Señor ha resucitado y nos concede la felicidad, porque solo él es compasivo.

Gloria… del Menaio, si lo hay, pero si no:

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Atiende, Virgen inmaculada, a las súplicas de tus siervos. Has reprimido los feroces ataques dirigidos contra nosotros y apaciguas nuestra angustia. Tu eres el único refugio seguro y firme, y hemos obtenido tu intercesión. No seamos avergonzados, oh Señora, los que clamamos a ti: apresúrate a escuchar las súplicas de los que con fe clamamos a ti, Salve Señora, Socorro de todos, Regocijo y Amparo y Salvación de nuestras almas.

Luego: Ahora, Señor, dejas en paz a tu siervo… el Trisagio, y después del Padre Nuestro… el tropario, tono 4:

Tropario de la Resurrección /Apolytiquio), tono 4:

Las mujeres discípulas del Señor aprendieron del ángel las nuevas alegres de la Resurrección, y arrojando la maldición ancestral anunciaron con regocijo a los apóstoles: la muerte ha sido derrotada, Cristo ha resucitado dando al mundo la grande misericordia.

Gloria al Padre… ahora y siempre…

El Theotoquio:

El misterio escondido desde la eternidad e ignorado de los ángeles se reveló a los terrestres por medio de ti, oh Theotokos. Dios se encarnó en unión sin confusión, y por nuestra causa aceptó voluntariamente la Cruz; y por ella levantó al que había formado primero, y salvó nuestras almas de la muerte.

Si hay Vigilia, en vez del tropario y el theotoquio, se canta tres veces, Salve, oh Theotokos Virgen…

Luego: Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre. Tres veces.

Y el sacerdote da la bendición.


DOMINGO, EN LA LITURGIA.

En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las Bienaventuranzas, tono 4:

Por el árbol fue privado Adán del paraíso; por el madero de la Cruz fue el ladrón a vivir en él. El primero, al probar la fruta, rechazó el mandamiento del Creador, y el otro, crucificado contigo, te confesó a ti, Dios incógnito, y clamó: acuérdate de mí en tu Reino.

Ascendido a la Cruz, Señor, has destruido el poder de la muerte y has borrado el escrito del decreto contra nosotros. Tú que solo amas a los hombres, danos el arrepentimiento del ladrón a los que con fe adoramos y clamamos a ti, oh Cristo Dios nuestro: acuérdate también de nosotros en tu Reino.

Por la lanza y la Cruz, oh Señor, has roto el escrito del decreto contra nosotros, y al ser contado entre los muertos, has amarrado al tirano y has librado a todos de los vínculos del infierno por tu Resurrección, por la que somos iluminados. Y clamamos a ti, Señor que amas a los hombres: acuérdate también de nosotros en tu Reino.

Oh tu que fuiste crucificado y te levantaste de la tumba al tercer día, siendo poderoso, y contigo levantaste a Adán a quien formaste primero. Tu que solo eres inmortal, concédeme Señor volverme de todo corazón al arrepentimiento y clamar a ti siempre con ferviente fe: acuérdate de mí, oh Salvador, en tu Reino.

El que es libre de sufrimiento, por nuestra causa se hizo hombre sufrido, y al ser clavado en la Cruz de su propia voluntad, con él nos levantó. Por eso, glorificamos su Cruz, su Pasión y su Resurrección, por las cuales hemos sido renovados y salvados, clamando: acuérdate también de nosotros en tu Reino.

Al que resucitó d entre los muertos destruyendo el poder de la muerte, al que vieron las portadoras de mirra y que les saludó diciendo: Regocijáos, a Él roguémosle, oh fieles, que libre nuestras almas de la corrupción, siempre clamando con la voz del sabio malhechor: acuérdate también de nosotros en tu Reino.

Gloria… a la Trinidad:

Oh fieles, roguemos unánimes que podamos glorificar dignamente al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, una sola Deidad en tres personas, quedando sin confusión, sencilla, indivisible, inaccesible, por la que somos librados del fuego de Gehenna.

Ahora y…

Oh Cristo, Maestro de grande misericordia, te ofrecemos a tu Madre, que te engendró sin simiente en la carne y quedó verdaderamente incorrupta después del alumbramiento, para que nos concedas remisión a los que clamamos a ti siempre: acuérdate también de nosotros en tu Reino.

El contaquio, tono 4:

El Salvador y Redentor mío, siendo Dios, ha librado a los terrestres de sus cadenas y ha roto las puertas del infierno, y siendo Maestro ha resucitado al tercer día.

Proquímeno, tono 4:

Cuán muchas son tus obras, oh Señor, hiciste todas ellas con sabiduría. Verso: Bendice, alma mía, al Señor, Señor mío, mucho te has engrandecido.

Aleluya, tono 4:

Cíñete y prospera y reina a causa de la verdad y mansedumbre y justicia. Verso: Has amado la justicia y odiado la iniquidad.

TONO V

SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES

Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, 3 de la Resurrección y 4 anatolianos) y tres del Menaio.

Los estiquios de la Resurrección, tono 5:

Con tu noble Cruz, oh Cristo, has avergonzado al diablo, y con tu Resurrección has aniquilado el aguijón de la muerte. Nos has salvado de las puertas de la muerte, y te glorificamos a ti, oh Unigénito.

El Dador de la Resurección a la humanidad fue conducido como oveja al matadero. Y los príncipes del infierno fueron atemorizados a causa de El, y sus portales de agonía fueron levantados, pues Cristo el Rey de gloria ha entrado en él, diciendo a los presos: Salid, y a los que estaban en las tinieblas: manifestaos.

Es grande la maravilla, porque el Creador de las criaturas invisibles ha sufrido en la carne por su amor a los hombres, y el Inmortal se ha levantado. Venid, pues, oh familias de las gentes, adorémosle, porque por su compasión hemos sido libertados de la desobediencia y hemos aprendido a alabar a Dios Uno en tres personas.

Los estiquios anatolianos, tono 5:

Oh Luz que no tiene ocaso, te ofrecemos culto vespertino porque has brillado sobre el mundo en la carne como en un espejo, tú que eres hasta el fin de los siglos; al infierno descendiste y libraste a los que estaban en las tinieblas, revelando la Luz de tu Resurrección a las nacione , Dador de vida, gloria a ti.

Glorifiquemos a Cristo, al Autor de nuestra salvación, porque habiéndose levantado de entre los muertos, ha salvado al mundo del engaño, y los coros de los ángeles se alegraron y la falsedad ha desaparecido y el caído Adán se levantó y el Diablo está vencido.

Los soldados fueron instruidos por los transgresores de la ley a ocultar la Resurrección de Cristo, pues les dijeron, tomad la plata y decid: he aquí que mientras dormíamos el cuerpo fue robado del sepulcro. Mas ¿quién ha sabido o ha visto que un cuerpo fuera robado, desnudo y embalsamado, dejando su mortaja en el sepulcro? No seáis engañados, oh judíos, mas aprended lo dicho de los profetas y sabed que éste es en verdad del Redentor del mundo, el Omnipotente.

Oh Señor, Salvador nuestro, que te despojaste del infierno y a la muerte hollaste, iluminando al mundo con tu preciosa Cruz: ten piedad de nosotros.

Luego tres estiqueras del Menaio:

Gloria… ahora y … Theotoquio (dogmático):

La señal de la Esposa que no conoció varón fue una vez revelada en el Mar Bermejo, porqu allí Moisés abrió las aguas, y allí fue Gabriel ministro del milagro. Entonces Israel cruzó el abismo a pie enjuto, y ahora la Virgen ha dado a luz a Cristo sin simiente. El mar permaneció intransitable después del paso de Israel, y la Purísima permaneció incorruptible después de dar a luz a Emmanuel. Oh Dios, que desde la eternidad fuiste, y como hombre apareciste, ten piedad de nosotros.

La Entrada y Jocunda Luz…

El proquímeno del día, El Señor se ha hecho Rey… y después de las letanías, el Apóstica:

Apóstica de la Resurrección, tono 5:

Oh Cristo Salvador, que sin dejar los cielos te encarnaste, te engrandecemos con voces de canto porque recibiste la Cruz y la muerte por causa de nuestra raza humana, porque eres Señor que amas a los hombres. Destruiste las puertas del infierno levantándote al tercer día y salvando nuestras almas. Verso: El Señor se ha hecho Rey, de hermosura se ha vestido.

Tu costado, habiendo sido atravesado oh Dador de Vida, vertió para todos manantiales de perdón, vida y salvación. Y recibiendo la muerte en la carne, a nosotros nos concediste inmortalidad. Y permaneciendo en la tumba nos libertaste y nos levantaste en la gloria contigo, porque eres Dios. Por tanto, clamamos a ti, oh Señor que amas a los hombres, gloria a ti. Verso: Porque Él ha establecido el universo, que no será movido.

Maravillosos son tu crucifixión y tu descendimiento al infierno. Después de destruirlo y de levantar contigo a los que estaban encadenados desde antaño, abriste el paraíso y concediste que en él entrara el hombre. Límpianos, pues, del pecado, a nosotros que glorificamos tu Resurrección al tercer día y concede que nosotros también moremos en Edén, porque tú solo eres misericordioso. Verso: La santidad conviene a tu casa, Señor, por largos días.

Tú que por nosotros aceptaste sufrimiento en la carne y has resucitado al tercer día de entre los muertos, sana las pasiones de nuestra carne y levántanos de nuestras penosas iniquidades y sálvanos, porque tú solo amas a los hombres.

Gloria… del Menaio, si hay, pero si no:

Gloria al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Reverendísima Virgen, tú eres el Templo y la Puerta, el Palacio y el Trono del Rey. Cristo, el Señor, mi libertador, por medio de ti, se reveló a los que dormían en las tinieblas, porque El, el Sol de la justicia, quiso iluminar la obra de sus manos formada a su imagen. Como tú tienes privilegio materno con tu Hijo, te suplicamos a ti, alabada de todos los hombres, ruégale que salve nuestras almas.

Luego: Ahora, Señor, dejas en paz a tu siervo… el Trisagio y después del Padre Nuestro… el tropario, tono 5:

Tropario de la Resurrección (Apolytiquio) tono 5:

Al Verbo co-eterno con el Padre y el Espíritu, nacido por nuestra salvación de una Virgen, oh fieles, adoremos y alabemos, porque él quiso ser levantado en la Cruz en la carne, y padecer la muerte, y levantar a los muertos por su gloriosa Resurrección.

Gloria al Padre… ahora y siempre…

El Theotoquio:

Salve, oh Puerta inviolable. Salve, oh Muro y Protección de los que a ti se apresuran. Salve, oh Refugio quieto que no has conocido varón, oh tú que has dado a luz en la carne a tu Creador y Dios, seguirás intercediendo por los que te alaban y adoran tu alumbramiento.

Si hay Vigilia, en vez del tropario y el theotoquio, se canta tres veces: Salve, oh Theotokos Virgen…

Luego: Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre, tres veces.

Y el sacerdote da la bendición.


DOMINGO, EN LA LITURGIA.

En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las Bienaventuranzas, tono 5:

El malhechor en la Cruz creyendo oh Cristo, que tu eres Dios, te confesó de todo corazón clamando: acuérdate de mí, Señor, en tu Reino.

Alabemos unánimes como al Salvador y Creador al que hizo florecer la vida por causa de nuestra Raza, por el madero de la Cruz, he hizo marchitar la maldición causada por el árbol.

Por tu muerte, oh Cristo, has destruido el dominio de la muerte y has levantado contigo a los que estaban muertos desde antaño, alabándote ellos como Dios verdadero y Salvador nuestro.

Las venerables mujeres llegando a tu tumba, oh Cristo, te buscaban, oh Dador de Vida, para ungirte, y un ángel les apareció exclamando: el Señor ha resucitado.
Tú has sido crucificado, oh Cristo, entre dos ladrones juzgados, y uno, blasfemándote, fue condenado justamente, y el otro, confesándote, fue a vivir en el paraíso.

A la asamblea de los apóstoles vinieron las venerables mujeres y exclamaron: Cristo ha Resucitado. Adoradle como Maestro y Creador.

Gloria… a la Trinidad:

Oh Trinidad indivisuble, Uno, Creador de todo y Omnipotente, Padre, Hijo y Espíritu Santo, te alabamos como Dios y Salvador nuestro.

Ahora y…

Salve, Templo vivo de Dios y Puerta inviolable. Salve, Trono en forma de fuego nunca consumido. Salve, Madre de Emmanuel que es Cristo nuestro Dios.

El Contaquio, tono 5:

Al infierno, Salvador mío, descendiste y quebrantaste sus puertas, siendo Todopoderoso. Y levantaste contigo a los muertos, siendo Creador, y destruiste el aguijón de la muerte. Adán también ha sido libertado de la maldición , oh Amante de los hombres, y por tanto clamamos: oh Señor, sálvanos.

Proquímeno, tono 5:

Nos protegerás, oh Señor; nos conservarás desde esta generación y por siempre jamás. Verso: Sálvame, Señor, pues ya no hay más hombre justo.

Aleluya, tono 5:

De tus misericordias, Señor, cantaré para siempre, de generación en generación proclamaré tu verdad con mis labios. Verso: Porque tú has dicho, la misericordia se eregirá para siempre. Tu verdad se establecerá en los cielos.

TONO VI

SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES.

Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, tres de la Resurrección y cuatro anatolianos) y tres del Menaio.

Los estiquios de la Resurrección, tono 6:

Triunfante sobre el infierno, oh Cristo, tú ascendiste a la Cruz para levantar a los que estaban a la sombra de la muerte, tú que eres libre entre los muertos, Salvador Todopoderoso, que haces brotar la vida de tu Luz, ten piedad de nosotros.

Este día, Cristo ha hollado la muerte y ha resucitado, como lo había dicho, dando regocijo al mundo para que le cantemos un himno diciendo: tú eres fuente de vida y Luz inaccesible, Salvador Todopoderoso, ten piedad de nosotros.

Oh Señor, ¿de ti dónde nos refugiaremos nosotros los pecadores? ¿A los cielos? Mas tu moras allí. ¿Al infierno? Mas tú has hollado la muerte. ¿Al fondo de la mar? Aun allí está tu mano, oh Maestro. A ti acudimos por refugio y postrándonos te suplicamos, tú que resucitaste de entre los muertos, ten piedad de nosotros.

Los estiquios anatolianos, tono 6:

De tu Cruz nos gloriamos, oh Cristo, y tu Resurrección cantamos y glorificamos, porque tú eres nuestro Dios, y aparte de ti no conocemos a ningún otro.

Siempre bendiciendo al Señor cantamos su Resurrección, porque habiendo sufrido la crucifixión, la muerte por la muerte, Él ha conquistado.

Gloria a tu fuerza, oh Señor, porque has aplastado el dominio de la muerte, y nos has renovado por tu Cruz, concediendo vida e incorruptibilidad.

Tu sepultura, oh Señor, ha quebrantado los vínculos del infierno y tu Resurrección de entre los muertos ha iluminado al mundo. Gloria a ti, Señor.

Luego tres estiquios del Menaio:

Gloria… ahora y… Theotoquio (dogmático):

¿Quién no te bendice, oh Santísima Virgen? ¿Quién no canta tu alumbramiento libre de dolor? Porque el que siempre resplandece del Padre, el Hijo Unigénito, vino de ti, Purísima, habiéndose encarnado inefablemente. El que es de naturaleza Dios, se hizo de naturaleza hombre por causa nuestra, no dividido en dos personas, mas es conocido en dos naturalezas sin confusión. Suplícale, tú que eres honrada y benditísima, que tenga piedad de nuestras almas.

La Entrada y Jocunda Luz…

El proquímeno del día, El Señor se ha hecho Rey… y después de las letanías, el Apóstica:


Apóstica de la Resurrección, tono 6:

Tu Resurrección, oh Cristo Salvador, los ángeles cantan en los cielos, concede que nosotros que estamos en la tierra te glorifiquemos con corazón puro. Verso: El Señor se ha hecho Rey, de hermosura se ha vestido.

Habiendo quebrado las puertas de bronce y derrumbado los portales del infierno, tú, Dios Todopoderoso, has levantado a la raza caída de los hombres, y nosotros también unánimemente clamamos, tú que resucitaste de entre los muertos, Señor, gloria a ti. Verso: Porque Él ha establecido el universo, que no será movido.

Queriendo restablecer nuestro antiguo estado, Cristo fue clavado a la Cruz y colocado en una tumba. Buscándole lacrimosas las portadoras de mirra dijeron lamentando: ¡Ay de nosotras, oh Salvador de todos! ¿Cómo te dignaste morar en una tumba? Y, si lo quisiste, ¿cómo fuiste robado? ¿Cómo fuiste llevado a otra parte? ¿Qué lugar escondió tu vivificante cuerpo? Mas, oh Maestro, revélate a nosotras y seca la fuente de nuestras lágrimas. Y mientras lloraban un ángel exclamó: cesad vuestras lamentaciones y decid a los apóstoles que el Señor ha resucitado, concediendo al mundo purificación y grande misericordia. Verso: La santidad conviene a tu casa, Señor, por largos días.

Crucificado según tu voluntad, te despojaste de la muerte por tu sepultura y te has levantado al tercer día en gloria, siendo Dios, concediendo al mundo la vida sin fin y grande misericordia.

Gloria… del Menaio, si hay, pero si no:

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Virgen Santísima, Cristo el Hacedor y Libertador y Señor, habiendo venido de tu seno, y vistiéndose de mi carne, libró a los hombres de la original maldición de Adán. Por eso, oh purísima Virgen, te cantamos como a verdadera Madre de Dios y Virgen con el saludo del ángel: Salve, Señora, Abogada y Defensora y Salvación de nuestras almas.

Luego: Ahora, Señor, dejas en paz a tu siervo… el Trisagio, y después del Padre Nuestro…

Tropario de la Resurrección (Apolytiquio), Tono 6:

Las potestades angelicales estaban ante tu tumba, y los que te vigilaban cayeron como muertos, y María entrando en tu sepulcro, buscaba tu purísimo cuerpo. Te despojaste del infierno sin ser entrampado por él. Descendiste al encuentro de la Virgen dando vida, oh Señor, que de entre los muertos resucitaste, gloria a ti.

Gloria al Padre… ahora y siempre…

El Theotoquio:

El que te llamó Madre Bendita, fue a sufrir voluntariamente, queriendo rescatar a Adán, y resplandeció desde la Cruz, diciendo a los ángeles: regocijáos conmigo, porque he hallado la dracma perdida. Gloria ti, oh Dios, que todo lo has ordenado con sabiduría.

Si hay Vigilia, en vez del tropario y el theotoquio, se canta tres veces, Salve, oh Theotokos Virgen…

Luego: Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre. Tres veces.

Y el sacerdote da la bendición.


DOMINGO, EN LA LITURGIA.

En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las bienaventuranzas, tono 6:

Acuérdate de mí, oh Dios Salvador mío, cuando vengas en tu Reino, y sálvame porque solo tú amas a los hombres.

Por el madero de la Cruz has salvado de nuevo a Adán, quien fue engañado por el árbol, y al malhechor que clamó: acuérdate de mí, Señor, en tu Reino.

Oh Dador de vida, quebrando las puertas y los vínculos del infierno, tú, oh Salvador, has levantado a todos los que claman: gloria a tu Resurrección.

Acuérdate de mí, oh tú que te despojaste de la muerte por tu sepultura y llenaste todo de júbilo por tu Resurrección, tú que eres compasivo.

Cuando las portadoras de mirra llegaron a tu tumba, oyeron clamar al ángel: Cristo ha resucitado llenando el mundo entero de Luz.

Alabemos unánimemente a Cristo clavado al madero de la Cruz, por la que libró al mundo del engaño.

Gloria… a la Trinidad:

Glorificamos al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, diciendo: Santísima Trinidad, salva nuestras almas.

Ahora y…

Oh Virgen que inefablemente en estos últimos días concebiste y diste a luz a tu Creador, salva a los que te magnificamos.

El Contaquio, tono 6:

Levantando a todos los muertos con tu vivificante mano de los valles tenebrosos, Cristo Dios nuestro, Dador de vida, quiso conceder la resurrección a esta masa humana. Porque El es Salvador de todos, la Resurrección, la vida y Dios de todos.

Proquímeno, tono 6:

Oh Señor, salva a tu pueblo y bendice tu heredad. Verso: A ti clamaré, oh Señor mi fortaleza; no guardes silencio para mí.

Aleluya, tono 6:

El que habita al abrigo del Altísimo, morará bajo la sombra del Omnipotente. Verso: Diré yo al Señor: Esperanza mía y castillo mío, mi Dios, en él confiaré.

TONO VII

SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES

Para Señor, a Ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, tres de la Resurrección y 4 anatolianos) y 3 del Menaio.

Los estiquios de la Resurrección, tono 7:

Venid, alegrémonos en el Señor, que ha destruido el poder de la muerte y ha iluminado a los hombres, exclamando con los incorpóreos: gloria a ti, Creador y Salvador nuestro.

Por nosotros, oh Salvador, sufriste la Cruz y la sepultura. Mas a la muerte diste muerte, siendo Dios. Por tanto, adoramos tu Resurrección al tercer día, oh Señor, gloria a ti.

Cuando los apóstoles vieron la Resurrección del Creador, deslumbrados cantaron alabanzas angelicales; esta es la gloria de la Iglesia, esta es la riqueza del Reino. Tú que sufriste por nosotros, Señor, gloria a ti.

Los estiquios anatolianos, tono 7:

Aunque fuiste aprehendido, oh Cristo, por los transgresores de la ley, tú eres mi Dios y no me avergüenzo. Y aunque fuiste azotado, no te negaré, fuiste clavado a la Cruz y no lo ocultaré, porque en tu Resurrección me glorío, pues tu muerte es mi vida, oh Todopoderoso que amas a los hombres, gloria a ti.

Cristo ha cumplido la profecía davídica, pues a sus discípulos manifestó la majestad de su habitación en Sión, y se reveló alabado y glorificado por siempre con el Padre y el Espíritu Santo, siendo primero el Verbo incorpóreo sin origen y luego encarnado por causa nuestra y muerto como hombre y resucitado con poder, porque El es amante de los hombres.

Como Dios y Señor, oh Cristo, de tu propia voluntad descendiste al infierno despojándote de la muerte, y al tercer día resucitaste, levantando contigo a Adán, vinculado por las cadenas del infierno y de la corrupción, y él exclamó diciendo: gloria a tu Resurrección, tú que eres el único amante de los hombres.

Oh Señor, fuiste puesto en un sepulcro como uno que dormía, y al tercer día resucitaste con fuerza potente, levantando contigo a Adán de la corrupción mortal, porque eres Todopoderoso.

Luego tres estiquios del Menaio:

Gloria… ahora y… el Theotoquio (dogmático):

Tú, oh Theotokos, fuiste conocida como Madre sobrenatural, y permaneciste Virgen indescriptible e incomprensiblemente, y la maravilla de tu alumbramiento la lengua no puede contar. Gloriosísima fue tu concepción e inconcebible tu alumbramiento. Pues cuando Dios lo quiere cambia el orden de la naturaleza. Por tanto, todos reconociéndote como la Madre de Dios, te rogamos, suplica por la salvación de nuestras almas.

La Entrada y Jocunda Luz…

El proquímeno del día, El Señor se ha hecho Rey… y después de las letanías, el Apóstica:

Apóstica de la Resurrección, tono 7:

Te has levantado del sepulcro, oh Salvador del mundo, y con tu cuerpo has levantado a la humanidad, oh Señor, gloria a ti. Verso: El Señor se ha hecho Rey, de hermosura se ha vestido.

Venid, adoremos al que de entre los muertos se levantó, y que a todos ha iluminado, pues de la opresión del infierno nos ha librado por su Resurrección al tercer día, concediéndonos vida y grande misericordia. Verso: Porque El ha establecido el universo, que no será movido.

Oh Cristo Señor, único amante de los hombres, descendiste al infierno despojándote de la muerte y resucitando al tercer día, nos has levantado contigo y glorificamos tu todopoderosa Resurrección, oh tú que amas a los hombres. Verso: La Santidad conviene a tu casa, Señor, por largos días.

Apareciste de aspecto terrible, oh Señor, puesto que habías sido puesto en un sepulcro como quien duerme, mas te levantaste al tercer día siendo poderoso, y contigo levantaste a Adán, que exclama: Gloria a tu Resurrección, oh único amante de los hombres.

Gloria… del Menaio, si lo hay, pero si no:

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Todos los que estamos en la tierra, Señora, buscamos refugio en tu protección, oh Theotokos, nuestra esperanza, líbranos de nuestros pecados innumerables y sálvanos.

Luego: Ahora, Señor, dejas en paz a tu siervo… el Trisagio, y después del Padre Nuestro… el tropario, tono 7:

Tropario de la Resurrección (Apolytiquio), tono 7:

Por tu Cruz has destruido la muerte; al ladrón has abierto el Paraíso; los gemidos de las portadoras de mirra has tornado en regocijo, y has mandado a tus apóstoles proclamar que tú, oh Cristo Dios nuestro, has resucitado y concedes al mundo grande misericordia.

Gloria Al Padre… ahora y siempre…

El Theotoquio:

Siendo tu el osario de nuestra Resurrección, tú que eres alabada de todos, condúcenos, del abismo y profundidad de la transgresión, a nosotros que ponemos en ti nuestra esperanza, porque has salvado a los culpables de pecado, habiendo dado a luz al Salvador, oh tú que fuiste Virgen antes del parto, en el parto y después del parto.

Si hay Vigilia, en vez del tropario y el theotoquio, se canta tres veces, Salve, oh Theotokos Virgen…

Luego: Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre. Tres veces.

Y el sacerdote da la bendición.


DOMINGO, EN LA LITURGIA.

En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las Bienaventuranzas, tono 7:


Ameno a la vista y bueno como alimento fue el fruto que me mató, mas Cristo es el árbol de la vida. Comiendo de El no me muero, mas clamo con el ladrón: acuérdate de mí, Señor, en tu Reino.

Levantado en la Cruz, tú que eres compasivo, has borrado la escritura del pecado de Adán de antaño. Y has salvado del engaño a toda la raza de mortales. Por eso te cantamos, oh Benefactor y Señor.

Has clavado nuestros pecados a la Cruz, oh Cristo compasivo, y por tu muerte has dado muerte a la muerte, levantando a los muertos de la muerte. Por eso veneramos tu santa Resurrección.

La serpiente una vez vertió su veneno en el oído de Eva, y Cristo en el madero de la Cruz vertió dulzura vital sobre el mundo. Acuérdate de mí en tu Reino.

En la tumba fuiste puesto como un mortal, oh Cristo, Vida de todos, y has quebrantado las cadenas del infierno, y has resucitado al tercer día siendo poderoso, y has iluminado a todos. Gloria a tu Resurrección.

El Señor resucitó de entre los muertos al tercer día y dio paz a sus discípulos, los bendijo y los envió diciendo: conducid a todos los hombres a mi Reino.

Gloria… a la Trinidad:

El Padre es Luz, el Hijo y Verbo es Luz, Luz es el Espíritu Santo. Mas los tres son una sola Luz, porque Dios es uno en tres personas, uno en esencia y dominio, indivisible, inconfuso y pre-eterno.

Ahora y…

Como tú misma sabes, has concebido en la tierra y en la carne al Hijo y Verbo del Padre, oh Theotokos. Por eso, oh Virgen Madre, los que hemos sido deificados clamamos a ti: Salve, tú que eres esperanza de los cristianos.

El Contaquio, tono 7:

El dominio de la muerte no puede dominar más al hombre, porque Cristo ha descendido aboliendo y destruyendo su poder. El infierno ya está vinculado, y los profetas se regocijan diciendo unánimes: el Salvador ha aparecido a los que tienen fe; salid, oh fieles, a la Resurrección.

Proquímeno, tono 7:
El Señor dará fuerza a su pueblo; el Señor dará a su pueblo la bendición de paz. Verso: Traed al Señor, oh Hijos de Dios, traed al Señor vuestros machos cabríos.

Aleluya, tono 7:

Es bueno alabar al Señor y cantar salmos a tu nombre, oh Altísimo. Verso: Proclamar tu misericordia al amanecer y tu verdad por las noches.


TONO VIII

SÁBADO, VÍSPERAS MAYORES.

Para Señor, a ti he clamado, cantamos 10 estiquios, de los Ocho Tonos 7 (es decir, 3 de la Resurrección y 4 anatolianos) y 3 del Menaio.

Los estiquios de la Resurrección, tono 8:

Te ofrecemos, oh Cristo, nuestro himno vespertino y nuestro culto racional, porque quisiste tenernos piedad por tu Resurrección.

Señor, oh Señor, no nos eches de tu rostro, mas ten piedad de nosotros por tu Resurrección.

Regocíjate, oh santo Sión, Madre de las Iglesias y morada de Dios, porque fuiste la primera entre los que fueron perdonados por la Resurrección.

Los estiquios anatolianos, tono 8:

Engendrado antes de todos los siglos de Dios Padre, el Verbo, que en estos últimos días quiso encarnar de la que no conoció varón, sufrió la muerte de Cruz y ha salvado por su Resurrección al hombre que de antaño fue sometido a la muerte.

Glorificamos tu Resurrección de entre los muertos, oh Cristo, por la que has libertado a la raza de Adán del sufrimiento infernal, y siendo Dios has concedido al mundo la vida eterna y grande misericordia.

Gloria a ti, oh Cristo Salvador, Hijo Unigénito de Dios, que fuiste clavado a la Cruz y al tercer día resucitaste de la tumba.

Te glorificamos, oh Cristo, que de tu propia voluntad sufriste la Cruz por nuestra causa, y te adoramos, Salvador Todopoderoso, que amas a los hombres. No nos eches de tu rostro, mas escúchanos y sálvanos por tu Resurrección.

Luego tres estiquios del Menaio.

Gloria… ahora y … theotoquio (dogmático):

Por su amor a los hombres, el Rey celestial apareció en la tierra y habitó entre los hombres. Porque tomó carne de una Virgen pura, y encarnado salió de ella. Él es Uno, doble en naturalezas mas no en persona. Al proclamarle hombre perfecto y Dios perfecto, confesamos a Cristo nuestro Dios. Suplícale, oh Madre no desposada, que tenga piedad de nuestras almas.

La Entrada y Jocunda Luz…

El proquímeno del día, El Señor se ha hecho Rey… y después de las letanías, el Apóstica:

Apóstica de la Resurrección, tono 8:

Oh Jesús que descendiste de los cielos, tú ascendiste a la Cruz. Viniste a la muerte, oh Vida Inmortal, verdadera Luz de los que andaban en tinieblas, y Resurrección de todos los caídos. Salvador nuestro que nos iluminas, gloria a ti. Verso: El Señor se ha hecho Rey, de hermosura se ha vestido.

Glorifiquemos a Cristo resucitado de entre los muertos, que tomó para sí cuerpo y alma, y los separó por su Pasión, porque su alma purísima descendió al infierno y se despojó de él, y en la tumba el sagrado cuerpo del Libertador de nuestras almas no conoció corrupción. Verso: Porque Él ha establecido el universo, que no será movido.

Glorificamos tu Resurrección de entre los muertos, oh Cristo, en salmos y cánticos, porque por ella nos has librado de los sufrimientos infernales, y, siendo Dios, has concedido la vida eterna y grande misericordia. Verso: La santidad conviene a tu casa, Señor, por largos días.

Oh Señor de todos, incomprensible Hacedor de los cielos y de la tierra, por tu Pasión en la Cruz me has librado de la pasión. Y sufriendo sepultura has resucitado con gloria, levantando a Adán con tu poderosa mano. Gloria a tu Resurrección al tercer día, por la que nos has concedido la vida eterna y purificación de nuestros pecados, porque solo tú eres compasivo.

Gloria… del Menaio, si lo hay, pero si no:

Gloria al Padre y al Hijo, y al Espíritu Santo; ahora y siempre, y por los siglos de los siglos. Amén.

Oh Virgen no desposada, Madre del Dios altísimo, has concebido inefablemente a Dios en la carne; y siendo inmaculada nos has concedido a todos purificación de nuestras transgresiones. Recibe las súplicas de tus siervos, y ruega, tú que aceptas nuestras preces, que nuestras almas sean salvadas.

Luego: Ahora, Señor, dejas en paz a tu siervo… el Trisagio, y después del Padre Nuestro… el tropario, tono 8:

Tropario de la Resurrección (Apolytiquio), tono 8:

De las alturas descendiste, oh Compasivo, y quisiste sufrir la sepultura de tres días, para librarnos de las pasiones. Vida y Resurrección nuestra, Señor, gloria a ti.

Gloria al Padre… ahora y siempre…

El Theotoquio:

Tú que por nuestra causa naciste de una Virgen, oh Bondadoso, y sufriste la crucifixión destruyendo la muerte por la muerte, y siendo Dios manifestaste la Resurrección: no desprecies las obras de tus manos. Muestra tu amor a los hombres, oh Misericordioso. Recibe la intercesión hecha por nuestra causa por la Theotokos, que te dio a Luz, y salva a tu angustiado pueblo, oh Salvador nuestro.

Si hay Vigilia, en vez del tropario y el theotoquio, se canta tres veces, Salve, oh Theotokos Virgen…

Luego: Bendito sea el nombre del Señor desde ahora y para siempre. Tres veces.

Y el sacerdote da la bendicion.


DOMINGO, EN LA LITURGIA.

En la Liturgia, cuando se cantan los Salmos Típicos, estos estiquios con las Bienaventuranzas, tono 8:

Acuérdate, oh Cristo Salvador del mundo, de nosotros como te acordaste del ladrón en el Madero. Haznos a todos dignos de tu Reino celestial, tú que eres el único compasivo.

Escucha, Adán, y regocíjate con Eva, porque el que de antaño es desnudo y os hizo cautivos por engaño, es conquistado por la Cruz de Cristo.

Salvador nuestro, siendo clavado voluntariamente a la Cruz, has destruido la maldición del árbol que recibió Adán, y siendo compasivo has dado a los que tienen tu imagen una morada en el Paraíso.

Este día Cristo ha resucitado de la tumba, dando a todos los fieles la incorrupción y hace regocijar a las portadoras de mirra después de la Pasión y la Resurrección.

Regocijáos, sabias portadoras de mirra, las primeras que vieron la Resurrección de Cristo y que anunciaron a los apóstoles las buenas nuevas de la restauración del mundo entero.

Vosotros los apóstoles, revelándose amigos de Cristo, y entronizados con El en gloria, interceded como sus discípulos que podamos atrevernos a estar ante Él.

Gloria… a la Trinidad:

Oh Trinidad sin origen, oh Ser indivisible, Uno en Tres, un solo Trono, cuyo honor y gloria son iguales, Naturaleza y Reino que eran antes que comenzara el mundo, salva a los que te alaban con fe.

Ahora y…

Salve, Morada amplia de Dios. Salve, Arca del Nuevo Testamento. Salve, Urna de oro de la que se da el maná celestial a todos.

El contaquio, tono 8:

Habiéndote levantado de la tumba, tú has dado vida a los muertos y has levantado a Adán. Y Eva se regocija por tu Resurrección. Y todos los confines de la tierra están triunfantes a causa de tu Resurrección de entre los muertos, oh tú que eres grande en misericordia.

Proquímeno, tono 8:

Orad al Señor nuestro Dios, y dadle gracias. Verso: En Judá es conocido Dios, y en Israel es grande su nombre.

Aleluya, tono 8:

Venid, regocijémonos en el Señor, cantemos a Dios, Salvador nuestro. Verso: Vengamos ante su acatamiento con alabanza, aclamémosle con cánticos.

 

¡Gloria a Dios por todo!
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